María Tenorio, abril 13, 2012
Me veo repitiendo, ante mis alumnos de redacción, que expulsen las muletillas de sus escritos. Afean la prosa y, como dice Daniel Cassany, “aportan nulo o poco significado, recargan la sintaxis y terminan convirtiéndose en tics repetitivos”.
¿De qué sirve escribir “el hecho de que”, “en cualquier caso”, “a raíz de que”, “de alguna manera”, “en función de”, “personalmente”? Pues no sirve de (casi) nada. Saquen de su texto esas expresiones y ganará en claridad y sencillez.
Sin embargo, independientemente de que embellezcan o afeen, las muletillas cumplen una función en nuestra expresión oral: le dan cierto carácter a nuestra habla mientras que, a los hablantes, nos otorgan sentido de pertenencia a un grupo social. Si nos escuchamos con atención, la reiteración de determinadas expresiones --como “vaya pues” o “fijate”-- nos diferencia, a los salvadoreños, de otros. Nuestra identidad se alimenta, entre otros factores, de la manera como hablamos el español y las muletillas son una marca propia de nuestra variedad dialectal.
Las muletillas no son exclusivas de El Salvador. Son un rasgo más de las identidades nacionales o regionales, que se suman a la comida típica, los símbolos identitarios, las artesanías y, en general, a la producción cultural asumida como propia. Ejemplos de muletillas de otros países son: de México, “órale” y “chido”; de España, “venga, vamos” y “vale”; de Chile, “cachái” y “weón”.
¿Qué muletillas son características del habla de los salvadoreños? Quiero proponer, a manera de una lista inicial e incompleta, algunas muletillas que, de tan usadas, son parte de nuestra identidad.
Para asentir o cerrar una conversación
“Va(ya) pues”: es una forma de asentir o de dar por finalizada una conversación, equivalente muchas veces al “okey”. Aunque para nosotros está totalmente desprovista del significado de “ir”, a los extranjeros les resulta gracioso que, a cada momento, les estemos indicando que se dirijan a algún sitio. Hace algún tiempo escribí sobre esta expresión, aquí les dejo el enlace. Ejemplo: -- “--Nos vemos mañana. --Va, pues.”
“Okey”: tomada de nuestra segunda lengua nacional, el inglés, se usa para decir que estamos de acuerdo con lo dicho o para pedirle a nuestro interlocutor que ya no insista, que hemos entendido. Ejemplo: “--No te olvidés de recoger al niño a las 4 de la tarde. --Okey, okey.”
“Chivo”: este adjetivo se convierte en muletilla cuando lo empleamos para asentir o expresar nuestro acuerdo con lo dicho. Ejemplo: “--¿Tomamos café el viernes en la tarde?” --Chivo.”
Para llamar la atención de quien escucha
“Fijate” (“fíjese”): sirve para introducir nuestra palabra --chisme, noticia o comentario-- en una conversación; para llamar la atención del interlocutor sobre lo que vamos a decir. Algunos extranjeros notan que empleamos el fijate cuando referiremos algo que no salió como esperábamos. No es exclusiva de nuestro país, como consta en el blog del muletólogo español Miguel Ángel Mendo.Ejemplo: “Fijate que la Meches tuvo un accidente.”
“Mirá” (“mire”): sirve para llamar la atención de quien nos escucha. Lo decimos tanto si el interlocutor nos mira como si no lo hace (es decir, lo usamos también por teléfono). No es exclusiva de los salvadoreños (también está reseñada en el citado blog), pero nosotros la empleamos con mucha frecuencia. Ejemplo: “Mirá, y ¿qué te dijo tu mamá sobre la fiesta de la otra noche?”
“Callate” (“cállese”): se usa para introducir un comentario de cariz negativo o lamentable; también para responder con información no esperada. Esta muletilla es una llamada a la complicidad y, en contra de su apariencia, no es nada pesada. Está incluida en el mencionado blog como una muletilla hispana. Ejemplo: “Callate, niña, ¿has visto qué terrible lo que pasó la otra noche?”
“Imaginate” (“imagínese”): introduce, o cierra, un relato extraordinario o que intenta serlo. Es decir, sirve para enfatizar que diremos (o hemos dicho) algo fuera de lo común. También aparece en el blog de Mendo, por lo cual no es solo salvadoreña. Ejemplo: “Imaginate que Luis y su novia acaban de cortar.”
“Bueno”: este adjetivo se vuelve muletilla al usarse como inicio de una exposición, para solicitar la atención a los oyentes o para expulsar el nerviosismo; asimismo, se emplea para abrir una participación en un diálogo. Además, sirve para responder afirmativamente o para expresar acuerdo. Ejemplos: “Bueno, esta mañana nuestro grupo expondrá el tema de la deforestación.” “--¿Me prestás tu bici? --Bueno, dale.”
En la siguiente parte de este artículo comentaré sobre muletillas tales como “veá” (“verdá”), “o sea”, “lo que es” y “pues si”. Si usted tiene comentarios, agradeceré los deje al final de esta página.